miércoles, 23 de junio de 2010

Soledad Silveyra: "Hay que ser masoca para salir con un pibe 20 años menor".

Arrancó con Secretos de amor, la nueva novela de las tardes de Telefe, donde, como le sucedió en su vida real, Solita tiene un embrollo con un joven. “Hombre grande con mujer joven es más fácil porque tienen el viagra... pero las mujeres sufrimos. Por eso me pasé a un veterano”, ríe.

“Estoy aterrada”, dice con sinceridad y, por si no se entendió, repite el término:“Aterrada”. La charla venía sobre el tema de salir al aire justo cuando empieza el Mundial de Fútbol. Cuando el resto de sus compañeros de elenco elige optar por respuestas, cómo decirlo sin ofender a nadie, de manual, ella no, se sincera y dice lo que siente de verdad, aunque la muestre vulnerable.
Solita Silveyra volvió a la tele y nuevamente por la pantalla de Telefe. Es la heroína de Secretos de amor, la novela de la tarde que promete meterse con la mafia de los medicamentos, los manejos oscuros de las prepagas y el drama de la adicción a las drogas y el alcohol. Por supuesto también habrá, y mucho, amor y sufrimiento, como corresponde al género y al segmento horario post-a1muerzo. Y ahí también la novela de Telefe y ON TV promete dar que hablar: contará, entre otras, la historia de amor entre una mujer mayor y un chico joven. Algo de lo que Solita sabe y mucho.

- La historia se conecta con tu vida real, tuviste un novio mucho más chico: Mariano Franco.
-Sí, es cierto. Yo creo que hay que ser muy masoquista para tener un romance con alguien mucho más joven. En mi romance había 20 años de diferencia. Hay que estar loca para meterse en algo así.
-Te reís pero lo decís de verdad.
-Sí, no es fácil la diferencia. En el hombre es distinto, siempre tiene a todo a favor, pero para nosotras, no. Ni pastillita tipo viagra tenemos. Es todo un tema para la mujer. Por más que uno, como actor, trabaje en lo que es la frescura, la verdadera frescura es la juventud y contra eso no hay con qué darle. Entonces yo sentía que si algún día este compañero mío miraba a una chica joven y yo me ponía mal, me iba a empezar a deteriorar como persona porque iba a envidar lo más bello... que es la juventud. Entonces, si bien nos queríamos muchísimo y estuvimos como cinco años juntos, en cierto momento yo empecé a ponerme un poco paranoica (se ríe). Por eso después me agarré un veterano, y es peor
(se ríe).

-¿Y cómo están con Chacho Álvarez ahora? Se habló de separación y después se los vio juntos.
-Estamos bien. En realidad estoy muy enojada y no quiero hacer reportajes sola sin otra gente del elenco, porque Chacho termina comiéndose toda la nota, todos los títulos terminan siendo para él y como te dije. Eso me enoja muchísimo.
-La novela tiene tres autoras mujeres que hicieron. Evidentemente, un personaje femenino muy fuerte.
-Al principio mi personaje es débil. Arturo Puig es un empresario muy poderoso. La novela comienza con el festejo de sus treinta años de casados. Es un matrimonio que se lleva bien, que han sido muy compañeros, ella colaboró en el crecimiento económico e intelectual de él. Una mujer que dejó su carrera de abogada para acompañarlo y lo ayuda a levantar una enorme empresa. El día que empieza la novela, Antonio decide dejar de trabajar y eso le sorprende mucho a ella porque es un adicto al trabajo.
Nuestro hijo llevaba cinco años afuera, porque algo sucedió entre Juan Gil Navarro y Puig. Pero yo no sé nada, nada, no entiendo qué pasa. Hasta que empiezo a saber y a hacerme fuerte, hay todo un trayecto por recorrer.
-¿Estás contenta con el horario de la tarde?
-Sí, muy contenta. La verdad, tenía muchas ganas de ir a esa hora y volver a las mujeres.

-Es una propuesta fuerte para el horario.
-Puede ser. Pero es una buena opción para la tarde. Toca temas interesantes, como el de las prepagas, la historia de amor entre una mujer grande y un joven. También se ve el problema de nuestra hija, que toma y mucho, como pasa con muchos jóvenes hoy. Eso genera un conflicto familiar y se plantea cómo resolverlo. Hay muchas cosas pero todo va a depender de cómo nos vaya con el rating y si hay que hacer cambios, ya saben cómo es. Y por supuesto, van a estar las historias de amor.
-Tu personaje cambia a partir de la decisión del marido de dejar todo. ¿Pensás que en la vida real las cosas suceden así también en un matrimonio de muchos años?
-Supongo que sí, no tengo esa experiencia, yo nunca duré tantos años (risas).
Nunca estuve en pareja más de 7 años, salvo con Jaramillo que duré 10. Hay que preguntarle a Arturo (risas). Un matrimonio es una cosa dinámica. Lo que pasa en la novela es muy coherente, si de pronto el hombre decide retirarse, entre comillas, es entendible que la mujer quiera volver a ejercer. Está buenísimo volver a activarse después de los 50.
-¿Cómo ves el hecho de salir justo en el mes del Mundial?
-Yo estoy aterrada (risas), aterrada. Igual no salimos en el mismo horario de los partidos. Confío en que el público de la tarde esté presente y nos siga, es una buena novela, con mucho trabajo atrás, la primera de ON TV la productora de
Claudio Villarruel y Bernarda Llorente. La apuesta es fuerte. Estamos en el canal de Mundial, puede que eso nos juegue a favor. Nosotros pasamos a ser una opción diferente.

-¿Cómo fue volver a trabajar con Puig después de 30 años? Lo último que hicieron fue “Chau amor mío”.
-Es cierto, nunca volvimos a trabajar juntos. Es maravillosa la vida del actor, somos muy gitanos en el amor, en un momento estamos todos juntos, nos queremos y de pronto termina el trabajo y te dejas de ver. Ahí cambiás de elenco, y empezás a querer a otros. Es muy errante. Nos vimos muchas veces con
Arturo pero no para trabajar. Es raro. Podríamos no conocemos y sin embargo siento que no, siento que Puig recuerda a aquella Solita que mucho no cambió y yo a Arturo que tampoco cambió... Estoy hablando del interior, por supuesto, porque obviamente estamos más arrugados, más viejos.
-Se dice que sos una fanática del rating, una experta.
-Es cierto, soy fanática.
-¿Te afecta mucho el rating? ¿Te esclaviza un poco?
-Uno no es esclavo del rating, es esclavo del laburo, y si no medís no te renuevan el contrato, más allá de los egos, que los puede haber. Nosotros un poco ya estamos de vuelta con eso, por ahí con los chicos, los galanes, que están en su momento más pleno, es distinto pero con Arturo creo que ya iniciamos un poco el regreso y podemos tener más asumido el fracaso. Yo tengo compañeras de mi edad que me dicen: ¡No digas esa palabra! ¡Vejez y fracaso no se dicen! Y yo soy muy de nombrarlas todo el tiempo. Tal vez porque así las exorcizo.

Fuente: Pronto

2 comentarios:

  1. me encanto la foto y ademas me encanta que el blog sea de solita, lo ame.. estoy siguiendote ♥

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  2. hermoso el blog! sigan poniendo todo lo de solita que es lo mas! la amoooooooo :)

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