El de ustedes es un reencuentro largamente postergado.
Puig : Sí, desde aquella novela de Migré. Lo que pasa es yo hacía más parejas con Mariquita Valenzuela, y Solita con Arnaldo André. Es raro que hayamos coincidido tan poco. Recuerdo que entonces nos tentábamos mucho porque mi personaje se llamaba Hernando, y el de ella, Fe, entonces nuestro amor se llamaba Fernando. Esas cosas de Migré.
Silveyra: Siempre nos tentábamos. También hicimos las novelas de Corín Tellado y nos divertíamos. Arturo parece muy formal pero es muy gracioso. Además, hay actores que son un poco vedettes, divos, en cambio él es un caballero.
Ahora les toca interpretar a un matrimonio, Antonio y Diana, al que llega un tercero en discordia, el personaje de Adrián Navarro.
Puig: Es muy interesante lo que sucede porque ellos no se llevan mal, tienen sus diferencias, como toda pareja, pero es el personaje de Navarro, un hombre más joven, el que se enamora de ella, y eso le genera un conflicto. Después a Antonio seguro le aparecerá algo también (risas). Además, él tiene algunos secretos que guardar en su pasado. Tiene sus matices, sus complejidades. Creo que las historias de amor maduras siempre son más interesantes como historias de vida. Es más rico para trabajar también.
Silveyra : Seguro, además, creo que hay un mayor protagonismo de las mujeres maduras en todos los mercados, en todos los ámbitos y en todas las actividades. Llevan adelante realidades muy fuertes, les pasan cosas interesantes, y eso se ve también en la tele.
Los dos regresan a la telenovela, en tu caso, Arturo, después de mucho tiempo y en el tuyo, Solita, luego de pasar por la conducción y por una drama como fue “Vidas robadas”.
¿Cómo viven la vuelta al culebrón más clásico?
Puig: La verdad es que yo extrañaba. Lo último que hice fueron unos capítulos de Tiempo final . Yo no hice mucha tira diaria, hice más unitarios, así que me gusta volver al ritmo diario, aunque sea muy cansador. Los últimos años estuve más dedicado al teatro y me fue muy bien, lo disfruté. Y lo último que hice fue cine, con Los Marziano , una experiencia genial. Está bueno alejarse y renovarse un poco. Me gusta estar siempre ocupado y cambiando de registro. Les digo a los galanes jóvenes (Adrián Navarro y Juan Gil Navarro): ‘Chicos lo mío es como la vuelta de Sinatra: the blue eyes is back again (ojos azules está de regreso) , agárrense porque cuando me enfoquen, los mato a todos. (risas).
Silveyra : Mi regreso fue una decisión que creo que tiene que ver con el momento que estoy viviendo: me siento gustada, querida, así que dije, bueno la viejita puede volver (risas). Estaba a punto de jubilarme, vamos, de hacer cosas mas dramáticas, pero el amor me puso de nuevo en el registro del culebrón. Es un género que amo y al que le debo mucho.
Solita habla de su relación con Carlos “Chacho” Alvarez, que ya lleva más de un año y de la que habla con total fascinación. Ella dice de sí misma, “viejita” y él se autodenomina como un “dinosaurio de las telenovelas”. Pero lejos de eso, los dos se muestran con gran sentido del humor, apasionados por su trabajo y amenos para la charla. En la suite del Alvear donde se hizo la entrevista, no desentonan en absoluto con el ambiente y, sin embargo, se muestran sencillos y cercanos “El personaje de Diana me está costando porque se parece bastante a mí, en cuanto a la practicidad. Pero a la vez, es una madre con un hijo de 30 con problemas que ella no ve, y para mí eso es impensable porque soy de las que piensa que no se le escapa nada. Pero me gusta el desafío y el grupo de trabajo”, dice Solita que, hablando de practicidad, se ocupó ella misma de ir a buscar un vestido para las fotos y en cinco minutos estuvo lista, ¿Y la historia de amor con un hombre más joven? Bueno, no es algo yo desconozca, tengo mi memoria emotiva (risas). Una escritora española dice que salir con alguien 20 años más joven es de masoquista. Yo tengo muy buen recuerdo, pero debo reconocer que es una exigencia. En cambio, ahora es más relajado. Es él el que va adelante y a mí me encanta acompañarlo. A esta altura una está en una relación porque quiere, y encontrar el amor y la pasión a esta edad, cuando una ya piensa que vas o para un lado o para el otro, es maravilloso. Me ofrecían papeles de mujeres débiles, engañadas o sufridas y ¡no quiero! ¡no quiero! (risas), Es un momento en que tenía ganas de jugar un poco y a los 58 años sentirme con esta energía, quería pasarlo al personaje y que la gente lo sienta. Eso y mis dos nietas, Inés y Clara, de 2 y 1 año, es la completud. Nunca me imaginé que ser abuela iba ser tan maravilloso.
Arturo, después de tantos años en pareja (con Selva Alemán) ¿siguen opinando mutuamente sobre el trabajo del otro? Puig : Sí, nos criticamos mucho pero no estamos todo el tiempo pendientes. Ahora la veo en Malparida , y le marco cosas, nos divertimos. La de ella es una opinión de confianza.
¿Y en tu caso, Solita? A veces le digo a Chacho que tengo miedo porque no sé si me va a salir eso de amar ahora en la pantalla, estoy tan bien afuera, (risas) Estoy tan emocionada, siempre se puede creer en el amor. Además uno ya no se proyecta tanto, por eso creo que los próximos 10 años hay que disfrutarlos mucho. También me encantaría alguna vez tener un año sabático o pasármelo estudiando inglés, algo que me debo en la vida, pero, bueno, no puedo parar porque cuando no trabajamos, nos gastamos lo que ahorramos. La vida del actor no es como la gente cree, somos agradecidos y no nos podemos quejar, pero tampoco es la abundancia. Lo que siempre está es el cariño de la gente. Con 45 años de carrera voy por la calle como por mi casa, jamás salgo por la puerta de atrás, y aprendí a valorar el trabajo, más allá del éxito o el fracaso, trato de tener el ego tranquilo. La vida me la hice bastante sola, primero con el abandono de mi viejo, después con el de mi madre, pero cuando uno puede dar vuelta eso y transformar, a pesar de las marcas que siempre quedan, te fortalece. Tengo dos hijos maravillosos, que son sumamente críticos, no me dejan creerme nada. Tengo la suerte de encontrar proyectos interesantes, en una edad difícil para una actriz, pero por suerte es una barrera que se va extendiendo cada vez más. En esta profesión hay que tener el alma sana porque uno es un trasmisor de emociones, es necesario estar bien para poder trasmitir claramente.
Los ojos azules asienten y la sonrisa achinada brilla. El mensaje llega con total claridad.
Fuente: Clarin
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