Soledad Silveyra regresa mañana a la televisión con Secretos de Amor, la nueva telenovela de Telefé, que protagonizará junto a Arturo Puig, Juan Gil Navarro y Adrián Navarro. Esta vuelta significa muchas cosas para la actriz: su regreso al horario de la tarde, donde vivió grandes éxitos como Amor en Custodia, con Osvaldo Laport, y algún sinsabor también como La Ley del Amor, tira de la que se fue antes de tiempo por desavenencias con su productor.
Pero también implica su regreso al papel de heroína madura y sexy que, a pesar de estar casada con un hombre desde hace varios años (Arturo Puig), vivirá una historia de amor con un hombre más joven que ella (rol que interpretará Adrián Navarro). De ese rol de mujer seductora, la actriz se había desprendido en los últimos años. Primero con su descarnado personaje de Vidas Robadas. Después, con su nueva faceta de conductora y entrevistadora de Un Tiempo Después.
Hoy la vida la encuentra en otro lugar. En el ínterin fue abuela (tiene dos nietas, Inés y Clara) y vivió la pérdida del padre de sus hijos y ex marido, José Jaramillo. Alegrías y tristezas que la marcaron a fondo y que hoy la llevan a decir: “Vuelvo al papel de mujer sexy pero para despedirme. Para mí, es una despedida. Lo vivo así. Decidí hacerlo desde ese lugar. Terminar en el sentido de este tipo de género, a eso me refiero. Porque me parece ya como una etapa superada. ¡Además, ya entro en la ancianidad! -dice con humor-. Por eso, adoraría que nos vaya muy bien, porque me encantaría poder terminar con un éxito”, confiesa Solita.
Sus deseos a futuro apuntan hacia otro ámbito: el teatro. “Quisiera tener un tiempo más para dedicarme al teatro. También tengo ganas de trabajar para chicos, como tengo dos nietitas... Cuando tengan 5 o 6 años, me gustaría armarles un espectáculo para ellas”, se entusiasma. En televisión le gustaría apuntar a programas semanales. “Porque la exigencia de la novela realmente es mucha -explica-. Y bueno, obviamente, no sé, novelas seguiré haciendo, soy una actriz que vive de esto. Pero desde otro lugar. Esta cosa de la exigencia, de estar siempre espléndida, es muy cansadora y me cuesta cada vez más”.
En Secretos de Amor, Solita interpreta a Diana Demare, una abogada que está a punto de cumplir 30 años de casada con Antonio Fernández Gaudio (Arturo Puig), un exitoso hombre de negocios. Durante todos estos años, Diana ha resignado su profesión para dedicarse a su familia. Pero a partir de la decisión de Antonio de abandonar la compañía de medicina prepaga que presidía, decide abrir su estudio de abogada. Es así que contrata a Manuel (Adrián Navarro), un joven muy talentoso, que se enamorará de ella y con quien entablará una relación apasionada.
“Estoy muy contenta -confiesa Solita-. Tenía muchas ganas de ir a la tarde, de volver a las mujeres. Además, es una propuesta muy fuerte, que conjuga elementos propios de la telenovela con ciertos temas sociales, como el de la medicina prepaga, que sería como un tema bastante importante dentro de la historia. También creo que es importante para una novela de la tarde que una mujer de mi edad, ya grande, pueda tener una historia con un joven. Como también es importante que tenga una hija que se emborracha, como muchos jóvenes de hoy. De golpe está bueno esa cosa de la mujer que puede tener un conflicto familiar pero al mismo tiempo tiene que ver cómo hace para ayudar a su hija en un contexto que, todos sabemos, no es fácil para la juventud de hoy”. En esta novela, Solita se reencuentra con sus compañeros de Vidas Robadas: Juan Gil Navarro y Adrián Navarro, con quienes mantiene una relación muy cercana y afectiva. “Es maravilloso el mundo del actor -manifiesta la actriz-, porque somos muy gitanos en el amor. Porque de golpe estamos todos muy juntos, nos queremos, cambiás de elenco, dejás de verte, y empezás a amar a otro. Es terrible, pero es así. Somos muy errantes”.
Pero además, la novela significa su reencuentro con Arturo Puig después de 30 años. Desde que protagonizaron Chau, Amor Mío, novela de Alberto Migré, en 1979, no se volvieron a cruzar en el ámbito laboral. “En todo este tiempo nos hemos visto un montón de veces fuera del trabajo, pero podríamos no conocernos, y sin embargo, siento que no. El se acuerda de aquella Solita que mucho no cambió. Y yo de aquel Arturo que tampoco cambió mucho. De adentro, ¿no? Después, obviamente, estamos más arrugados, más viejos...”, explica Silveyra, con su particular manera de tomar distancia de las circunstancias y reírse de sí misma.
Triángulo de amor
Una de los conflictos más importantes que tendrá la tira será el triángulo amoroso que se anticipa entre los personajes de Soledad Silveyra, Arturo Puig y Adrián Navarro, que se desatará a partir de una crisis matrimonial de la protagonista y la aparición en su vida de un joven talentoso que se enamora de ella. En la ficción no es la primera vez que a Solita le toca interpretar a una mujer que se enamora de un hombre más joven que ella (le pasó en Campeones de la Vida, en El Deseo, en Amor en Custodia y en La Ley del Amor -ver aparte-).
Pero también en la vida real Solita vivió un intenso romance con un iluminador, veinte años menor que ella, a quien recuerda con cariño, aunque declara: “Creo que hay que ser muy masoquista para tener un romance con alguien menor. Tenés que estar loca para tener 50 años y salir con alguien veinte años menor. En el hombre es distinto, el hombre siempre tiene todo a su favor. No tienen nada en contra. Nosotras, ni pastillita tenemos”, se queja. Y ejemplifica: “Por más que uno trabaje lo que es la frescura, la frescura es la juventud, y contra eso no hay con qué darle. Yo sentía que si algún día, este compañero mío miraba a una joven y yo me ponía mal, yo iba a empezar a deteriorarme como persona. Porque era envidiar lo más bello de la vida que es la juventud. Nos quisimos mucho, estuvimos como cinco años juntos, pero al final me empecé a poner un poco paranoica. Y bueno, después conozco un veterano que es peor que el otro”, bromea trayendo a colación su romance con Chacho Alvarez.
Tras varios rumores que hablaban de una crisis entre Soledad Silveyra y Chacho Alvarez, con quien empezó a salir luego de entrevistarlo para Un Tiempo Después, Solita dice: “Estamos bien”. A secas. Sin explayarse demasiado. Y confiesa: “Estoy muy enojada. No quiero hacer notas sola porque Chacho se come todas las notas. Todos los títulos son para él y yo estoy enojadísima con eso. A tal punto que pedí que no me manden sola a hacer una nota. A mí me mandan o con Puig, con los Navarro, o con mis compañeros o amigas actrices. No quiero hacer notas sola porque siempre terminan hablando de Chacho. Y eso me enoja muchísimo”.
Abierta y sincera. Profunda y generosa. Apasionada, franca y espontánea, son todas cualidades que Solita supo mostrar a lo largo de su extensa trayectoria y que la convirtieron en una de las actrices más queridas por sus colegas y por el público en general. Justamente esa espontaneidad hizo que esta vez anunciara su despedida de las telenovelas. Un género al que le dio todo: grandes emociones, calidad de artista, ternura, sonrisas, lágrimas. Y mucho, mucho amor.
Fuente:DiarioPopular
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