viernes, 27 de noviembre de 2009

"Me gusta reconocer que estoy deseable"


Llega a paso veloz, sin maquillaje, el pelo atada, vestida con un pantalón deportivo, remera de breteles diminutos y zapatillas.
"perdón, estoy de entrecasa", se disculpa Soledad Silveyra (57). Se sienta, pide un licuado de bananas con leche, y sola comienza a explicar: "Estoy deco
rando mi nuevo departamento Vendí mi casita de Del viso y me mudé acá. Decid
í encuadrar fotos antiguas para llenar la pared del hall de entrada. Así que estuve abri
endo cajas con recuerdos."
Afuera, el clima alterna entre un sol tibio y alguna llovizna, que aparece como para convertirse en tormenta. El objetivo del encuentro es conocer su experiencia con la medicina anti-aging. Además de traer su cuerpo revitalizado, ella, generosa, viene también con su alma enamorada al descubierto. Hace una
revisión profun
da que abarca su niñez, su necesidad de rescatar la soledad del comienzo de su vida, su presente y su entera felicidad al descubrirse abuela de Inés (1 año y 8 meses) y
Clarita (4 meses)

-¿como sos en tu rol de abuela?
-Estoy muy presente. La visito, y lo primero que hago es tirarme al poso y jugar con ellas. Inés representa mis mejores abdominales. Me siento, la pongo en mis pies y le hago caballito
.
Las abuelas de ahora tenemos otra actitud. Esto apoya la teoría de que el hombre vivirá más tiempo.

-¿Acudiste a Mühlberger buscando longevidad?
-No sólo eso- Llegué porque ví el cambio en Moria. ¡Me encantaría vivir el doble de lo que ya viví! Porque todo pasa muy rapido. Recién veía fotos de mi hijo baltazar a la misma edad
de Inés hoy. Y me sorprende la velocidad con que todo transcurrió.

-¿Que aportes descubriste de la medicina molecular?
-Antes de empezar me sentía fatigada, me veía la cara hinchada. Me había hecho unos análisis de chequeo general, pero no arrojaba nada. Sin embargo, cuando Rubén Mühlberger me hace
análisis de sangre completísimos, salta que tenia problemas de hipertiroidismo.

-¿Y a partir de comenzar con los tratamientos qué pasó?
-Sentí un cambio importante, mágico. Mi cara se deshinchó, mis ojos se abrieron. Además, desde ya, de haberme tratado el hipertiroidismo. No tengo problemas de exceso de peso, por lo que no hice dieta. Lo que si hago es tomar aminoácidos, hacerme la quelación y después entregarme a las maquinas que son brutales.
-¿Seguís además alguna rutina de ejercicios?
-Este año no ayudé con la gimnasia. No hice nada de nada. Ahora que tengo un tiempo sin
trabajo, por suerte, empecé a entrenar tres veces por semana.
Voy al Club con Chacho. En eso el me ayuda muchísimo. A partir de su problema coronario hace mucha cinta. Y además ¡tiene conducta! Nunca conocí a una persona con tanta disciplina. Yo no soy nada deportista, pero el me alienta.

-¿Donde buscas referencias para gustarte? ¿En el espejo? ¿En tu vida afectiva?
-Soy una mujer que se mira mucho al espejo. Tengo 45 años de carrera, y por lo tanto hace 45 años que me miro al espejo con zoom de doble aumento. Me conozco absolutamente. Me paro frente al espejo y me miro. Soy de observarme mucho y trato de mantenerme bien. No pretendo parecerme a una botinera: no tengo la cola ni el lomo de ellas. Pero la actitud es importante. Por la calle la gente me dice: "¡Que Joven! ¡Que chiquita!". A veces pienso que es medio exagerado, pero también -creo- tiene que ver con que tengo algo infantil. A mi niña nunca la abandone. Tal vez porque la quiero. Mi infancia fue muy dura. Esa niña que yo recuerdo siempre estaba triste...

-¿Sos Benévola con vos misma?
-No, soy malísima. Me cuesta mucho verme en televisión. Cuando digo que me gusta gústame, me refiero a saber que estoy bien. Es reconocer que estoy deseable.

-El ojo enamorado baja las exigencias...
-¡Claro! ahí esta el tema. No es solo tener un cuerpo: es, sobre todo, como se siente ese cuerpo. Porque una puede ser una viejita, como yo pienso ser, y sentir igual a como siento ahora. El amor es superador, porque con que uno esté digno, alcanza. ¡Aaaah! (suspira) Hoy estoy muy enamorada...
Ahora suena su celular. "¡Hola, mi amor! justo te acababa de nombrar a vos", dice.
La voz de Chacho la transforma. Aparece una sonrisa que se extenderá durante toda la conversación. "Estaba diciendo que estoy muy enamorada, ¡Que desastre...! soy demasiado transparente (...) Todo bien, Amor mio. ¿Vos tenes el almuerzo? (...)
Bueno, Suerte, Después hablamos. Te quiero. Chau"
-Ja, ja, ja " no seas papelonera" me dijo.
¿En que andábamos?

-Hablabas de Amor. ¿Estas medicinas intensifica los sentimientos?
-Puede ser. Estoy muy bien. Hay una revitalización de las hormonas. Se ve el rendimiento también en el plano sexual. Hay algo que a mi me modifico para bien... y Chacho, agradecido. ja, ja, ja. Siempre joroba: se manda sus chistes con Mühlberger...

-El también puede hacer algún tratamiento. ¿No lo invitaste a que te acompañe?
-Claro, hay hombres que van. Lo quiero llevar, pero Alvarez es durísimo.

-¿Estas decorando un departamento nuevo? ¿Van a convivir?
-No. Seguimos cada uno en el suyo. A el nadie lo mueve de Palermo

-Para terminar: ¿pensás en retirarte de la actuación en algún momento?
-Me gustaría trabajar de viejita. Ser como China o Lindia Lamaison. Pero, por otro lado, no tengo la necesidad de aparecer, no necesito la pantalla. Cuando no estoy trabajando tengo más tiempo de ocuparme de mí, de leer, de estar con los seres que amo. Para mis 60 me gustaría dedicarme a algo social, no digo política. Si Dios quiere, y puedo me gustaría hacer algo en el plano de la educación. Creo que el país lo necesita.


Fuente:Gente

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